¿CUAL FUE
… EL PRIMER ARQUITECTO DE COSTA RICA?...
Por Ibo Bonilla Oconitrillo
Cuentan que en un bar de
Cuando el asunto parecía
irresoluble, el médico dice:
-
Zanjemos esta
discusión ya y aceptemos que de no haber sido por un médico que extrajera la
costilla de Adán,… no habría existido la mujer, … no existiría la humanidad y
por lo tanto… no tendría sentido esta diatriba.
Exaltado por el inusitado
cambio en las referencias históricas, el arquitecto replica:
-
Si a la
instancia Bíblica acudimos. ¿quién fue si no el Gran Arquitecto el que ordenó
el gran caos?
Instantáneamente, el político
puntualiza:
-
A ver,… a ver,…
¿y quién creo el caos?
Establecida la primera
cuestión, les contaré una anécdota:
Estuve trabajando y
estudiando en España, creo que de
Un paseo por la avenida
central de San José, está demasiado incrustado en la memoria colectiva de los
ticos y por esto, era requisito obligatorio.
Por cierto y al respecto, me
preguntó mi abuelo un día:
-
¿Sabías que la
avenida central fue bautizada como “Avenida Amperio”?
-
No,.. ¿por qué?
-
Porque “amperio”
se define como un “culón” por segundo.
(A=coulomb/seg)
Desde luego que mis
recuerdos no solo eso acariciaban,… en fin...
¿qué te puedo decir?
En uno de estos avenidazos,
estaba abstraído viendo no se qué, cuando con una sorpresiva palmada en la
espalda, me saluda Guillermo Salazar, celebramos el grato encuentro y entre
otros me cuenta que actualmente es el Director de
-
“Yo no sabía que
Usted es el primer arquitecto graduado en Costa Rica”
-
“Yo tampoco,…
¿Cómo es eso?”
Entonces me relata que le
pareció interesante investigar ese punto, ya que la los veinte años de
fundación, adquirían mayor relevancia al considerar que esta Escuela de
Arquitectura era la primera en la historia del país y sus graduados estaban
teniendo un importante impacto profesional nacional e internacional.
Las pesquisas lo llevaron al
Consejo Universitario y allí le dijeron que lo que contaba para ellos, al
respecto, era la fecha de inscripción de la tesis de grado y en ese caso el
primer lugar, por varios meses de diferencia, le correspondía a Ibo Bonilla
Oconitrillo.
-
¡Cooosa más grande en la vida,... chico !
! !
Resulta
que nunca me he inscrito en ninguna competencia y ahora, quince años después de
terminar la carrera de arquitectura, me dices que terminé en primer lugar, de
algo que más que una carrera, pareció un híbrido entre un maratón a campo
traviesa y un vía crucis…
¡Puta…
carajo!!!, ¡qué rara es la vida!!!
¡Y
recordar que yo era el último estudiante, que los Directores de
Para los que no conocen el
contexto histórico de la arquitectura en Costa Rica, les doy mi versión
resumida y las casualidades que me vincularon a ella:
El panorama constructivo del
país ha sido dominado principalmente por ingenieros, ya que hasta 1972 no
existía en Costa Rica ninguna Escuela de Arquitectura, solo de Ingeniería.
Dicho sea de paso, que a
este hecho muchos críticos le han atribuido la notoria falta de estética y
funcionalidad urbana de nuestras principales “ciudades”.
Había algunos pocos
arquitectos que se habían graduado en México, Chile y Estados Unidos. Su
impacto era bajo, porque eran pocos, su ambiente era de clase alta (sólo ellos
podían pagar estudios en el extranjero), la inversión privada de calidad era
escasa y las obras del Estado estaban a cargo de ingenieros.
Destacaron algunos
autodidactas que diseñaron obras relevantes, que al no tener título oficial
trabajaron a la sombra de ingenieros.
Tras varios intentos,
algunos brillantes arquitectos apoyados por preclaras autoridades académicas,
prepararon el terreno para la creación de una Escuela de Arquitectura adscrita
a
En 1972 se abrió la
inscripción para estudiantes interesados en esta carrera, nos anotamos alrededor
de trescientos, de los cuales el primer grupo de graduados fue de unos siete en
1977.
¡Y rayos!!! ,… ¿cómo fue que
me involucré en esa carrera?
Cuando hice la primera
comunión…, no, no, no,… avancemos la cinta unos años:
Ingresé a la universidad a
Para 1972 me estaba
graduando en matemática y docencia, me gustaba el ambiente universitario, era
la etapa más feliz de mi vida, quería estudiar más, tenía la opción de una beca
en Europa para continuar los estudios de matemática o a Brasil en pedagogía.
Tuve la sospecha de que esta
decisión tenía que ver con mi destino y, estaba claro que no quería pasarme la
vida dentro de una oficina de
Consideré algunas opciones
lógicas y ventajosas, como Estadística o Economía Pura, pero decidí estudiar en
Después de dos horas de fila
para matricularme en geología, pregunté por alguna información básica y como
algún curso no tenía programa claro y otros no tenían profesor asignado, me
pareció desordenado y poco formal, así que desistí de esa carrera y sin nada
alternativo en mente caminé por el campus.
En las gradas que existen
entre el edificio de
Escuchado esto y sin mediar
palabra, viré a la derecha, no había fila en la ventanilla, pregunté por el
programa, el cual me resultó una exquisitez, era lo más parecido a una ensalada
de frutas cultural, tenía cursos de una variedad casi infinita, y además, con
mis cursos de matemática, física, dibujo técnico, sociología, química,
filosofía, pintura, historia, etc., entraba bien adelantado al tercer año y
tenía la opción de optar por Ingeniería o Arquitectura al completar ese tercer
año.
Me inscribí sin tener la
menor idea de qué era un arquitecto, la única referencia que tenía era lo que
se mencionaba en
En una multitudinaria
reunión, a la cual nos convocaron previo a la matrícula formal, se presentaron
los tres arquitectos que fueron a Inglaterra, que se habían disgustado con los
dos que fueron a España y nos dijeron, mas o menos, así:
-
El enfoque y el
planteamiento de la carrera de arquitectura a cambiado: el programa que vieron
ya no vale, vamos en un plan experimental, ningún curso que hayan llevado será
reconocido, los cursos que llevarán aquí no serán acreditados en otras carreras
ni universidades, y un detalle que deben considerar: no podemos garantizarles
que el Consejo Universitario permita completar la carrera con este plan.
No parecía ni muy ordenado
ni muy formal, pero tenía la suficiente incertidumbre y riesgo para ser un reto
ineludible y, a la larga podría aprender muchas cosas de la cultura general,
incluyendo talvez el concepto de arquitectura.
Después de seis surrealistas
años (¿o realismo mágico?), tras una serie de luchas, que nunca entendí del
todo, alrededor de 350 noches sin dormir, con una testarudez a prueba de fuego
y alejada de una sana inteligencia, llegué tarde y de prisa a retirar un
diploma, directo después de estar quince días acampando en la playa, con la
misma ropa y sandalias, sin peine ni jabón, sólo agua de mar, frutas y sol.
Declaro que no me dejó de
impactar la presencia de mis seis compañeros graduandos, bellamente ataviados
con traje, corbata, zapatos lustrados, gomina, vestidos largos con grapas en el
ruedo, ramilletes de flores, … , hasta llegué casi a pensar que esa cosa de las
metas era en serio.