………EL TESTIGO……...

 

Por Ibo Bonilla Oconitrillo

 

Plano original de la fachada del antiguo Teatro Raventós, hoy Teatro Melico Salazar 


“Dios: ¿Sería un exceso pedirle, que yo pueda vivir 50 años, para ser testigo del cambio de milenio?”. 
Sé que son muchos, pero….

 

Con escasos 9 años en 1960, añoraba comprar todos los libros que exponía en su única ventana la fantástica Librería Chilena, con libros de magia y esoterismo… prohibidos desde luego, ubicada en la planta baja del Teatro Raventós, al lado del Restaurante la Perla , frente al Parque Central de San José, diagonal a la Catedral Metropolitana , a cien varas al este de la Soda Esmeralda y Cine Palace, doscientas varas al oeste del Teatro Nacional y del Gran Hotel Costa Rica…

 

Claro, ya instalado en el tercer milenio, comprendo que en esas trescientas varas se decidió todo lo importante del país, al menos durante 100 años.

 

Para hoy, ya hubo un quiebre histórico: ya no vemos las últimas noticias mundiales en los prólogos del cine, sino que el Teatro Melico Salazar nos presenta la cultura oficial, determinada según el buen criterio de de unos extraños críticos y curadores, que saben quienes somos en realidad,… según ellos.

 

La Casa de Dios está rodeada de una alta verja de acero, como recordándonos que hay más vandalismo, que ya no podemos guarecernos en la Iglesia, que aquellas frescas y añejas bancas ya no pueden quitarnos el cansancio y el agobio, que el negocio de la intermediación con Dios ahora sólo atiende con horario.  Para aclararnos la posición de la iglesia respecto a la globalización, acaban de colocar en esa esquina, la noroeste, una escultura en mármol de Carrara, Italia, del Papa Polaco Juan Pablo II, con unos niños con pinta de indígenas, como señalándonos que ahora los niños, los indígenas, los minusválidos, gente con Sida, la pobreza extrema, grupos minoritarios, etc., son temas financieros internacionales manejados por las ONG, que viajando en primera clase, hoteles cinco estrellas, con comida gourmet y excelentes salarios y viáticos, se sacrifican por la humanidad planeando la forma de cómo hacer llegar a los sujetos de sus estudios, al menos el 20% de los multimillonarios fondos recolectados.

 

Teatro Raventós: ahora Teatro Melico Salazar

 

La Soda Esmeralda ya no es el punto de encuentro, aromático café, pastelillos calientes, los puros habanos, mariachis, tríos, políticos, empresarios, artistas, inversionistas, chocolate caliente, donde se tomaron talvez las más importantes decisiones del rumbo nacional, al menos eso decían y hasta lo parecía. Ahora acampan allí gente con aspecto de gringos y actitud de turistas sexuales. Desde siempre la soda fue complemento urbano del Cine Palace, ahora reconvertido en Burger King y antesala de la soda, que no sé cual nombre tiene actualmente.

 

La Perla no es el coñac, el vino tinto, el wiski de marca, el toque de clase, sino que ahora son las melancólicas fotos de un más atrás que no conocimos.

 

El Parque Central, su fuente, su retreta filarmónica y la pasarela dominical, con su premonitorio kiosco, donado por el cruento dictador nicaragüense Anastasio Somoza, dieron paso, al más emblemático centro de reunión de transculturales nicas-ticos trabajando arduamente por la integración centroamericana.

 

El Gran Hotel Costa Rica se recicló incorporando un anexo con casino, como recordatorio de un negocio que hasta hace muy poco fue prohibido en Costa Rica, negocio donde parece que todo gira y gira alrededor de los que su vida es matar el tiempo y donde es normal matar al que se exceda en sus deudas o en actividades usualmente asociadas a los casinos: turismo sexual, chantajes, corrupción, lavado de dinero, drogas, pero ante todo: no-trabajar, no-producir.
El abuelo decía: “la vida es el único casino en donde no se admiten mirones”.

 

Del Teatro Nacional, sólo cabe decir que cambió su escala cultural y urbana, cuando Valle Inclán dijo que “San José es una aldea alrededor de un teatro”, igual es válido, los nuevos edificios han dado poco aporte arquitectónico y el aseo es menor. Bien, bien…, se hizo la Plaza de la Cultura, con el fabuloso acierto de don Guido Sáenz, de eliminar toda edificación sobre el nivel principal del piso del teatro, la Plaza se diseñó originalmente bajo el “estilo internacional” con tonos blancos y grises lejanos a nuestra idiosincrasia, que afortunadamente tuve la oportunidad de cambiar cuando me encargaron una posterior remodelación.

 

Por cierto, en la esquina suroeste de la Plaza existió la Librería López, pero no tenía casi nada interesante, sólo algunos textos escolares, papeles, postales y algunos bellos pinceles y acuarelas. Libros esotéricos y “raros” sólo se encontraban en la librería Chilena. Decían que estaban excomulgados, no entendía el significado de eso, parecía algo muy malo, pero no me asustaba lo suficiente, hacía insufribles esfuerzos para comprar o leer allí mismo lo que pudiera.

 

Antiguas y recientes profecías hacían eco de los alucinantes hechos que habrían de suceder al final del milenio. Nunca me ha preocupado la muerte, pero la verdad, consideraba un desperdicio no tener la oportunidad de ser testigo de los cambios anunciados, los mayores y más significativos cambios acaecidos en varios millones de años.  Y yo estaba allí, muy cerca, a escasos 40 años de grandes hechos, ponderando la levedad de la vida humana.

 

Las profecías de Nostradamus, las de San Malaquías, el Apocalipsis, los Rosacruces, los Teósofos, los Gnósticos, los Astrólogos, el Calendario Maya, la Cábala, Maltus, Serna, Smith y muchos más, preveían novedades científicas, tecnológicas, genéticas, filosóficas, éticas, religiosas, geopolíticas, ambientales, etc. y por si fuera poco, la coincidencia con la tumultuosa transición del cambio de la era de Piscis, la de Cristo, a la era de Acuario, con sus 2160 años durante los cuales se eterealizará el planeta y la humanidad.

 

…Demasiado atractivo para no estar allí, bien merecía un ruego desesperado. …A los 10 años, alguien con 50 parece muy anciano. Con 55 la perspectiva es otra, como dijo el abuelo: “la mayoría de los partidos se ganan en el segundo tiempo”.

 

Bajo fe de juramento debo consignar que la realidad superó las expectativas para este periodo:

 

Parece que el Papa consideró que los protestantes y especialmente los tele-evangelistas estaban abusando del infierno como recurso mercadotécnico, por lo que eliminó el infierno por decreto, de un solo plumazo, después de tantos diezmos y sustos, durante dos milenios.

 

Cayó física y conceptualmente el Muro de Berlín y tal como sin fuera la “piedra clave” de un arco, se desintegró la Unión Soviética.

 

Después de 2500 años, los judíos recuperaron por las armas a Jerusalén y ya están construyendo un Muro para separar a los Palestinos. Para cumplir la profecía apocalíptica, sólo falta reconstruir el Templo de Salomón, del cual queda el Muro Occidental o muro de los Lamentos, pero hay un detalle, detrás del Muro, donde estaba el resto del Templo de Salomón, ahora está la Mezquita islámica conocida como Domo de la Roca y es uno de los tres centros religiosos más importantes del Islam. Los pueblos islámicos están geopolítica, militar y económicamente más fuertes y fundamentalistas que nunca, por lo que derribar la mezquita significaría una “guerra santa”, ¿cómo se irá a resolver esto?

 

En la eterna lucha entre el Hombre y la Naturaleza, se determinó como ganador al primero, el planeta ya no tiene capacidad de recuperación, lo dejamos moribundo, al borde del colapso, justo cuando descubrimos que era nuestra casa, nuestro sustento, nuestro sustrato y soporte, que nosotros sólo somos una pequeña parte del sistema donde él aporta la mayoría. Es como matar al socio inversionista. Y otra cosa, cuando puse “Hombre” ¿debí poner hombre y mujer, por motivos de género?

 

Aunque alrededor del año 1850  se mocionó clausurar la institución parisina que registraba las patentes, porque ya todo estaba inventado, se ha recapitulado que durante los últimos 20 años se han hecho más inventos que durante el resto de vida de la humanidad.

 

El proceso y acumulación de grandes volúmenes de datos a través de computadoras personales y grandes ordenadores, permiten analizar procesos antes inconcebibles e inimaginables, y es una tecnología prácticamente al alcance de todos, $0,2 en un cyber café está fácil. Cálculos de estructuras y matrices que antes tardaban uno o dos meses, ahora se hacen en una fracción de segundo. Pensar que los primeros cursos universitarios los tuve hacer auxiliado por una “regla de cálculo”, casi un ábaco, porque no había ni siquiera una calculadora digital para suma y multiplicación y ahora nos quejamos del lento arranque de la computadora portátil o la llave maya de sólo 6 gigas.

 

Las profecías decían que las comunicaciones variarían cerca del año 2000, pero jamás imaginaron que si por el año 1900, una información tardaba 2 meses mínimo en llegar de Europa a Costa Rica, hace unos minutos efectué correcciones en el “web site” que pude verificar en menos de 30 segundos, …sin prisa.

 

La disponibilidad de información inmediata a través de Internet, cambió en pocos años una tradición milenaria de curiosidad e investigación, académica y literaria.

Nunca antes había habido tanta información disponible ni tan accesible.

 

Recordemos nada mas que la anterior revolución informativa la proveyó la Imprenta de Johanes Guttemberg a mediados del siglo XV, que transformó la tradición oral y la reproducción de libros manual, implicando la democratización del saber y una visión lineal de la vida, todo se empezó a ordenar de la misma forma en que se imprimía, hasta se llegó a creer que la vida no era múltiple, ni compleja, poli funcional, instantánea o multi paralela, como la entendemos ahora que manejamos otras herramientas.

 

De Guttemberg al Hipertext Markup Language (HTML) hay gigas de diferencia.

 

El sistema de posicionamiento global (GPS) y la tecnología celular para equipos móviles de comunicación, apoyados por el sistema multi satelital, validan los sueños de ínter conectividad y localización entre cualesquiera dos personas o equipos del planeta. De verdad que esto era imprevisible, aún para Julio Verne o George Lucas, que sabían más de la cuenta.

 

Agreguemos el sistema de identificación global mediante el código de barras, ...sí, ese que aparece en nuestra cédula de identidad y en todos los productos industriales, indispensable para cualquier trámite o compra, sin el cual socialmente desaparecemos, el mismo que tiene tres rallas dobles y largas que significan 666, y que la información centralizada está en una base de datos de un computador enorme llamado casualmente “la bestia”.

 

Desde luego que nos quedarían muchos gigantescos inventillos por mencionar, entre otros no menos importantes: matemática de los fractales, teoría del caos, mapa del genoma humano, ingeniería genética, nanotecnología, motores de plasma, etc. y todos dentro del mismo periodo.

 

Desde luego que hay algunos detalles que están faltando:

 

Esperaba que para fin de milenio hubiéramos ya sobre la Tierra 6.500 millones de seres humanos vivos, o sea la cantidad de espíritus que según la tradición mística de algunos grupos, fueron creados por Dios para la “oleada de vida humana”.  O sea, esos son todos los espíritus disponibles, que se reciclan con diferentes cuerpos para adquirir experiencia acumulativa. 

 

Entonces, ya casi estamos todos los que somos, esto podría explicar el porqué estamos revueltos tantos trogloditas con tantas personas finas y espirituales. Pero mi inquietud es que si llegamos por ejemplo a 7.000 millones, que se espera sea alrededor del año 2010, la hipótesis de los místicos era falsa, lo cual no sería un problema, salvo que sería en principio inaguantable sostener, alimentar y convivir con tanta gente y no parece que la tecnología esté lista para llevarla a otro planeta.

 

Si la hipótesis es cierta, también conlleva otro problema, el periodo de retorno sería demasiado corto, lo cual tiene problemas de acumulación de la  experiencia purgatorial y de reposo existencial.  En este caso, el volumen poblacional tiene que retroceder, pero no prevemos si el proceso es lento como el genético o abrupto como el apocalíptico.

 

Ahora comprenden porqué era importante para mí saber si Dios me había concedido vivir hasta los cincuenta años y con suerte un segundo tiempo.

 

La conclusión es que el último día del segundo milenio es el 31 de diciembre del año 2000, si desea ver una demostración por inducción sencilla para esto, puede ver el artículo: “el primer día del tercer milenio” , en esta misma sección.

 

Parece que el partido era a dos tiempos…

 

 

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